Admitámoslo, encontrar la paleta de color que mejor nos sienta no es tan fácil como presumen los videos virales de las redes sociales. Debemos estudiar muy bien nuestra imagen y los aspectos que la caracterizan para conseguir establecer nuestra familia cromática. Al menos, así lo defiende la colorimetría. Esta, como nos explica Noelia Jiménez, estilista profesional y fundadora del Salón Noelia Jiménez en Madrid, “es una técnica que estudia cómo los diferentes tonos de cabello, piel y ojos interactúan para determinar qué colores son más favorecedores para cada persona.”
A través de la colorimetría, expertos y aficionados consiguen determinar los diferentes puntos cromáticos que construyen nuestra imagen y, gracias a esta categorización, permiten relacionar nuestra imagen con la paleta cromática más acorde a nuestras características, consiguiendo una imagen armoniosa e, incluso, equilibrada (llegando incluso a camuflar pequeñas imperfecciones).
“Cada persona tiene un tono y subtono de piel únicos, y al comprender estas sutilezas, podemos elegir los colores que mejor complementan sus características. Al aplicar estos principios, no solo se resalta la belleza intrínseca de una persona, sino que también se puede decidir dónde dirigir la atención, tal vez hacia los ojos o los labios, con el uso estratégico de colores complementarios. Además, la colorimetría no solo realza, sino que también corrige. Por ejemplo, podemos neutralizar una pigmentación no deseada para lograr que la piel luzca uniformemente radiante”, defiende Daniel García, Make-up artist de REVIDERM España.
Al final, como apunta Daniel García, el objetivo de la colorimetría es claro: ayudar a cada persona a sentirse y verse como la mejor versión de sí misma, utilizando conocimientos profundos sobre cómo los colores interactúan con su piel. De ahí, precisamente, que descifrar estos conocimientos y saberlos adaptar a nuestro día a día se convierta en tarea indispensable para, consigo, construir una imagen equilibrada y favorecida de nosotros mismos.
Para conseguirlo, desde Listísima seguimos la ‘Teoría de las 12 Estaciones’ desgranando estación a estación, desde la estación de invierno hasta la estación verano, así como sus subestaciones y característica, para que sepas con plenitud qué colorimetría es la más afín a ti. Hoy, siguiendo esta misión formativa, nos centramos en la estación otoño suave, una de las más relajadas de la colorimetría, pero interesantes, de este campo de la estética. Si eres colorimetría otoño, también puedes consultar si tu tono es más otoño profundo.
¿Qué es la colorimetría de otoño suave?
La colorimetría de otoño suave se caracteriza por una apariencia cálida, pero con menor intensidad que otras subcategorías de otoño. Como nos explica Rosa Roselló, de Druni, “la colorimetría de otoño suave se refiere a una paleta de colores armoniosa, cálida y ligeramente apagada. Este tipo de colorimetría se caracteriza por tonos sutiles que no son ni demasiado intensos ni muy fríos. Las personas con esta tipología suelen tener una base de color cálida, pero no llegan a los extremos cálidos o profundos del otoño puro.”
¿Qué queremos decir con esto? Que se trata de la subestación más relajada en lo que refiere a niveles cromáticos. En palabras de María Gómez, responsable de marketing de Camaleon Cosmetics, “las personas con este tipo de colorimetría suelen tener piel con matices cálidos, cabello en tonos castaños medios o rubios oscuros, y ojos en colores suaves como verde, avellana o gris verdoso.”
Podríamos decir que, por norma general, los rasgos de las personas otoño suave no presentan un contraste marcado entre el color de piel, ojos y cabello, sino que, más bien, como apunta Roselló, “todo se mantiene en un equilibrio suave”.
¿Cómo saber si eres otoño suave?
De hecho, distinguir esta subestación de sus hermanas cromáticas resulta mucho más sencillo y cómodo para aquellas que dudan de si son o no estación otoño suave. Para saber si eres otoño suave, basta con fijarte si tu piel tiene “un tono cálido con matices suaves como dorado o beige y si tu cabello es castaño claro, rubio oscuro o con reflejos cálidos sutiles. Tus ojos probablemente son de tonos suaves, como verde grisáceo, avellana claro o marrón suave. Además, si los colores apagados y cálidos, como el beige, verde oliva claro, melocotón y marrón claro, son con los que te ves más favorecida, es posible que pertenezcas a esta categoría”, explica María Gómez.
Sin embargo, si realizado este análisis (conocido en el sector especializado como ‘test de colorimetría’), no consigues determinar con claridad si eres otoño suave, siempre puedes ayudarte de la comparativa para evidenciar si formas parte de dicha colorimetría. Es decir, escoger a una celebridad cuyo aspecto se asemeje al tuyo y ver si esta forma parte de la estación otoño suave.
Por ejemplo, entre los rostros conocidos que encajan en este tipo de colorimetría podemos destacar a Sarah Jessica Parker, Julia Roberts o Jennifer Aniston. “Todas ellas tienen rasgos templados y favorecen paletas más cálidas, pero no demasiado intensas, lo que resalta su belleza de una forma muy natural”, nos explica Roselló.
¿Qué colores favorecen más a otoño suave?
Ahora bien, volviendo al foco de nuestro interés y determinando los colores que más nos favorecen según nuestra colorimetría, podríamos determinar que a las personas con colorimetría otoño suave les favorecen los colores cálidos y apagados que complementan su tono natural y delicado. “Entre los más favorecedores están el beige, verde oliva claro, marrón suave, melocotón, terracota claro y rosa empolvado. Estos tonos, menos saturados, pero cálidos, son los que más les favorecen”, explica Gómez.
¿Qué maquillajes son mejores para otoño suave?
Una paleta relajada que enfatiza la suavidad de los rasgos y que se acentúa a la hora de hablar del maquillaje. Y es que, como apunta la directora de formación de Druni, “el otoño suave se beneficia de tonos cálidos y difuminados, evitando los tonos demasiado fríos o vibrantes.”
Basándonos en esta idea, vemos como en lo que refiere a maquillaje de ojos, “las sombras en tonos marrones suaves, dorados apagados o verdes oliva son ideales. Los labiales, por su parte, se lucen en tonos melocotón, coral cálido o nude con subtono cálido, ayudan a realzar la calidez natural del rostro. Mientras, el blush se lleva en tonos durazno y los iluminadores en tonos dorados sutiles, perfectos para un estilismo fresco y natural”, añade la experta.
¿Qué colores de pelo son más favorecedores para otoño suave?
Finalmente, si lo que te interesa es determinar qué colorimetría capilar es la más adecuada para ti o qué diseños de mechas puede ser mejor para cambiar de imagen, sin perder tu armonía, Roselló lo tiene claro: “para el cabello, los tonos más recomendados son aquellos que reflejen la calidez natural, pero sin ser demasiado intensos. Los castaños dorados, rubios oscuros cálidos, caramelos y tonos miel son los más indicados. Y si se busca iluminar, las mechas en tonos miel o caramelo funcionan muy bien para dar profundidad sin crear un contraste demasiado fuerte.”