Donde se ponga un clásico atemporal, que se quite todo lo demás. Son estos perfumes los que han logrado marcar un hito a lo largo del tiempo y los que, hasta 100 años más tarde, siguen colándose en las listas de más vendidos en las droguerías. Los utilizaban nuestras abuelas, madres y ahora, llenos de recuerdos, se han convertido en una joya olfativa para nosotras. Los aromas nos traen de vuelta a personas, lugares y momentos de nuestra vida que nos tocan la nostalgia. Aunque cada año se lancen al mercado millones de perfumes, las fragancias vintage siempre tendrán lugar en nuestros estantes.
De la misma forma que la moda vintage se ha vuelto un fenómeno mundial, gracias a esas piezas de ropa tan exclusivas que cuentan historias propias. Los perfumes con un gran recorrido se diferencian fácilmente del resto del mercado. No tanto por su aroma, sino por los frascos de coleccionista que nos devuelven la imagen de los tocadores de los años 60 recargados de joyas y maquillaje.
Si hablamos de historia en la perfumería, entonces tenemos que hablar de Coco Chanel. El amor mueve montañas y es lo único que le hizo falta a la diseñadora para aventurarse en el apoteósico mundo de la perfumería. Tras un breve romance de verano con Demetrio Románov de Rusia en 1920, quien le mostró la pasión por las fragancias, Chanel decidió para su primer perfume plasmar a la mujer de época con un aroma muy innovador para el momento. De la misma forma que hizo con sus piezas de vestir, la diseñadora redefinió el concepto de feminidad para representar a todas las mujeres de los años 20.
Iconos como Marilyn Monroe dieron el visto bueno a este aroma que hasta 100 años más tarde sigue siendo uno de los favoritos de las mujeres elegantes. Una fragancia que resiste tanto en el tiempo no defrauda ni defraudará a nadie —y nuestras abuelas lo pueden corroborar—. ¡Así es el icónico perfume que el mundo no olvida!
La esencia de la feminidad en una fragancia
Cada noche, Marilyn Monroe se pulverizaba unas gotitas de esta fragancia antes de irse a dormir y, desde entonces, millones de mujeres lo han seguido haciendo a lo largo de la historia de este perfume. Chanel Nº5 se lanzaba en 1921 donde el jazmín, el ylang-ylang y la rosa se mezclaban con aldehídos, un compuesto orgánico que le otorgaba ese aroma único y distintivo. Ernest Beaux fue el encargado de aprobar este aroma tan especial para tantas y tantas mujeres.
Se define como un bouquet floral empolvado en torno a la rosa de mayo y el jazmín y las notas de cabeza quedan animadas por los acordes hesperidados. Los Aldehídos le otorgan una presencia única y el suave toque de vainilla ofrece la sensualidad. Esta composición lo convierte en una fragancia atemporal para mujeres tanto de 20 como de 60 años.
Su frasco también se convirtió en una de las características más icónicas que componen esta fragancia. La diseñadora quiso cambiar el concepto de frascos barrocos y recargados para remplazarlos por líneas limpias y rectangulares. Hay quien dice que se inspiró en un boceto que Picasso le había dedicado a ella misma, y otros que creen que esta idea surgió a partir de las botellas del sastre francés Charvet, que siempre llevaba su amante Boy Capel en su estuche de viaje. Lo que sí que nos quedó claro es que este frasco se convertiría en historia de la marca cuando en 1959 se expuso en el Museo Metropolitano de Nueva York.
En pleno 2024 sigue siendo uno de los perfumes más vendidos y, en particular, en Sephora Francia. El estilo chic francés sigue invadiendo el mundo de la moda y la belleza, siendo las francesas las primeras en mantener viva la esencia Haute Couture. ¡Larga vida a Coco Chanel!
OTROS PERFUMES ICÓNICOS QUE SIGUEN ARRASANDO
Aunque el top 1 siempre será de Chanel Nº5, hay otros perfumes que no pasan de moda y se mantendrán siempre en nuestros tocadores.
En 1916 se unían el limón, la bergamota y la naranja para crear Colonia de Acqua di Parma. Un clásico atemporal con influencias Art Deco que representa la larga historia de la maison. Se intensifica aún más en el corazón donde la lavanda y los toques de rosa combinan con el romero. Las cálidas notas amaderadas de vetiver, sándalo y pachulí completan la base de este icónico perfume.
La maravillosa figura del cuerpo de una mujer en un frasco llegó en 1993 cuando Jean Paul Gaultier combinó cítricos, anís, vainilla y pétalos de rosa para crear una fragancia exitosa que se convertiría en todo un éxito de ventas. Classique ha buscado siempre ensalzar la figura femenina y, desde entonces, el mítico cuerpo de una mujer con corsé se ha hecho hueco en el tocador de todas las mujeres.